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Sra. Schmich, como consecuencia de la pandemia y de la Ley alemana de Futuro Hospitalario (KZHG), el sistema sanitario está experimentando un enorme impulso de digitalización. ¿Cuál es la situación actual?

Los políticos se han dado cuenta de que debe acelerarse considerablemente la velocidad a la que avanza la digitalización en el sector sanitario. Se han concedido ayudas y, como consecuencia, ahora hay muchos proyectos en marcha en paralelo. Se trata de un reto importante, porque los recursos siguen siendo escasos y no se ha resuelto el problema de la escasez de trabajadores cualificados en el ámbito de las tecnologías de la información.

¿Cuáles son los principales retos según su punto de vista?

Entre otras cosas, es preciso introducir e interconectar nuevos sistemas informáticos. Además, está la cuestión de los nuevos procesos cada vez más complejos.

Esto significa que las tareas están cambiando y, como consecuencia, se imponen muchas nuevas obligaciones al personal. Pero el trabajo principal de una enfermera no consiste en manejar un sistema informático, por lo que la digitalización supone al principio una tarea adicional. El personal se enfrenta a muchos cambios en lo que ya de por sí es un entorno de trabajo estresante. Pero eso no es todo, también tienen que adquirir nuevos conocimientos. Y, por último, no hay que olvidar que los centros sanitarios ya se enfrentan a toda una serie de retos además del impulso de la digitalización.

¿De cuáles habla específicamente?

En primer lugar, la escasez de trabajadores cualificados, agravada por la elevada rotación de personal. Este cambio constante de la mano de obra dificulta la formación de nuevos empleados. Además, cada vez hay menos tiempo para la formación, la incorporación y la transferencia de conocimientos en general. Si observamos todo lo relacionado con los próximos proyectos de digitalización, los hospitales se enfrentan a retos de los que la mayoría aún no son conscientes.

Esto plantea la cuestión de cómo hacer frente a todos estos retos.

En primer lugar, es muy importante implicar a los empleados en el cambio. Primero deben entender las innovaciones y comprender qué beneficios van a aportarles personalmente en su puesto de trabajo. Este es un requisito previo para que acepten el cambio y estén dispuestos a seguirlo.

Igualmente importante es la capacitación del personal, que no debe pensarse a corto plazo. La clásica formación presencial sobre el manejo de un nuevo sistema informático no es suficiente por sí sola, porque sabemos por experiencia que gran parte de los contenidos impartidos en la formación presencial se olvidan de nuevo a los pocos días. Por otro lado, los empleados adquieren más del 80% de sus conocimientos directamente en el lugar de trabajo. Sin embargo, por regla general, no reciben ningún apoyo allí.

¿Qué otras posibilidades existen?

Lo que se necesita es apoyo directamente en el lugar de trabajo, apoyo a través de una solución de adopción digital. Un software sensible al contexto que ayude a los empleados en los momentos precisos en que necesiten soporte. El objetivo asociado no es el aprendizaje en sí mismo, sino proporcionar apoyo rápidamente en el proceso de trabajo, adaptado a la situación y funciones correspondientes.

El apoyo al rendimiento implementado con una solución de adopción digital como tts performance suite ayuda a responder a las dudas a medida que surgen y refuerza el conocimiento de los procesos y la competencia general a largo plazo. Esto es especialmente eficaz cuando los empleados sólo necesitan acceder a una única fuente para tener acceso a todo el conocimiento de la empresa. Porque así ya no pierden tiempo buscando información relevante, ya que todo lo que necesitan saber en una determinada circunstancia está disponible en el momento en que lo necesitan.

¿Cuáles son los riesgos de renunciar a esa solución?

Puede ocurrir que el nuevo sistema adoptado no sea aceptado en absoluto y los empleados sigan trabajando como antes. O bien encuentren soluciones alternativas. Otro peligro es que los sistemas no se utilicen correctamente. Esto conlleva altos costes para los centros sanitarios, por ejemplo, debido a datos incorrectos, duplicados, procesos que no funcionan o entradas incorrectas. Esto significa que no se conseguirá el valor añadido que se esperaba con el nuevo sistema. En última instancia, este valor añadido reside en poder dedicar más tiempo al paciente en lugar de tener que dedicarlo a tareas administrativas.