Destreza digital: con impulso interior hacia la transformación digital

Todo el mundo quiere la transformación digital, pero solo unos pocos pueden hacerlo. Unas pocas cifras bastan para mostrar dónde reside quizás el mayor dilema para las empresas en la actualidad: Según varios analistas, se espera que las inversiones en nuevas tecnologías crezcan hasta alrededor de 1 billón de dólares anuales en 2025. Al mismo tiempo, el Índice Global de Competencias Digitales de Salesforce, publicado en 2022, revela que alrededor del 75% de los 23.000 empleados encuestados en 19 países no disponen de los recursos necesarios para adquirir las competencias digitales necesarias. Incluso entre los nativos digitales de la Generación Z, solo un tercio de los encuestados se siente "muy bien" equipado para un trabajo digital. 

Como resultado, los temas de formación continua y reciclaje ya han subido seis puestos en la agenda de los directivos, pasando del noveno al tercer puesto en 2019. La única pregunta es si la atención prestada a la mejora de las competencias y el reciclaje de los empleados supondrá realmente el avance esperado. Es mucho más probable que las organizaciones se estén poniendo las cosas demasiado fáciles en lugar de pensar en contextos más amplios. Un concepto que también está atrayendo cada vez más atención en los países de habla alemana ayuda en este sentido: La destreza digital. 

El término "destreza digital" se refiere a la capacidad y ambición tanto de las personas como de las organizaciones para adaptarse rápidamente a las condiciones cambiantes con ayuda de las tecnologías digitales. Esto es posible porque las empresas con "destreza digital" tienen un sólido conocimiento de los datos y utilizan la tecnología como herramienta para resolver problemas de forma creativa. Además, estas empresas se caracterizan por una comprensión flexible de sus funciones, métodos de trabajo colaborativos y una voluntad de aprender constantemente y asumir riesgos.  

Especialmente en tiempos de incertidumbre, cada vez son más las empresas que reconocen las tendencias más rápidamente que la competencia y reaccionan con flexibilidad ante acontecimientos inesperados las que salen ganando. La destreza digital contribuye significativamente a ello, ya que permite a la organización correspondiente desplegar las tecnologías digitales necesarias mucho más rápido y de forma más eficiente que la competencia. Un análisis de Gartner muestra que la probabilidad de completar proyectos de digitalización de forma rápida y rentable es 3,3 veces mayor con empleados con destreza digital que con una plantilla medianamente versada en este ámbito. 

Es obvio que los empleados desempeñan un papel central. Al fin y al cabo, son ellos quienes deben utilizar las nuevas tecnologías con confianza e implantar formas ágiles de trabajar. Afortunadamente, muchas de las competencias técnicas pueden enseñarse mediante medidas adecuadas de formación y desarrollo. Pero aunque tales medidas produzcan un notable aumento de las competencias o aptitudes digitales individuales, apenas son más que un primer paso en el camino hacia una empresa digitalmente capacitada. 

De hecho, la destreza digital no tiene tanto que ver con las habilidades técnicas. Se trata más bien de crear un entorno tecnológico en el que la agilidad surja desde dentro, a medida que los empleados adopten las nuevas tecnologías y adapten su forma de trabajar por voluntad propia.  

Por un lado, esto requiere una mentalidad adecuada que anime a las personas a utilizar las tecnologías digitales para mejorar las experiencias de los clientes y los resultados empresariales (adopción digital). Al mismo tiempo, requiere una cultura empresarial que recompense la creatividad y la iniciativa. Solo entonces surgirá una organización "capacitada" digitalmente en la que los individuos con conocimientos digitales puedan desarrollar plenamente su potencial.