Destreza digital: las organizaciones hábiles digitalmente tienen ventaja

Durante varios años, hemos escuchado que las organizaciones necesitan mejorar su adopción digital, habilidades digitales y agilidad para lograr una transformación digital exitosa. Ahora se ha agregado la destreza digital a esta lista. ¿No se reducen todas estas palabras de moda a lo mismo? 

Britt Bürgy: Ciertamente están estrechamente relacionadas. De hecho, se complementan entre sí, porque se refieren a diferentes obstáculos digitales. La destreza digital se logra una vez que se han superado todas las interrupciones y obstáculos. Solo entonces una organización puede adaptarse rápidamente a los cambios y hacer un uso rentable de las nuevas tecnologías. 

En ese caso, ¿por qué las organizaciones no trabajan directamente en su destreza digital? 

Britt Bürgy: Bueno, verás, no se puede tener una sin la otra. Para lograr un alto nivel de destreza digital, debes invertir en las habilidades digitales de tus empleados, adoptar métodos de trabajo ágiles y reducir la fricción digital. También debes desarrollar la adopción digital, lo que significa asegurarte de que el personal acepte las tecnologías digitales e integre estas en sus procesos de trabajo diarios. La destreza digital solo se logra cuando todo se une. 

Las organizaciones han estado brindando capacitación adicional a su personal, utilizando formas ágiles de trabajo e invirtiendo en proyectos de transformación digital durante años. ¿No deberían la mayoría de ellas haber adquirido desde hace mucho tiempo un alto nivel de destreza digital? 

Britt Bürgy: La pregunta clave es por qué, a pesar de estas inversiones, muchas organizaciones todavía están lejos de alcanzar sus objetivos de digitalización. Ahí es donde las cosas se ponen interesantes. La destreza digital desplaza el enfoque de medidas individuales relacionadas con la fuerza laboral a la estructura corporativa. En otras palabras, no se trata tanto de una aptitud instrumental, aunque eso también es necesario. La destreza digital se trata de los ajustes organizativos que se requieren para permitir un cambio de cultura hacia la adopción digital. 

Eso suena como mucho trabajo. ¿Dónde pueden comenzar las organizaciones? 

Britt Bürgy: Las áreas más importantes a abordar se encuentran en la interfaz entre la cultura y la tecnología. En primer lugar, la alta dirección y la dirección intermedia deben reconocer que se necesitan cambios organizativos. Deben desarrollar una visión compartida que responda a las siguientes preguntas: ¿Cómo se puede adoptar una cultura de innovación, qué forma puede tomar el aprendizaje continuo y cómo se puede crear una situación en la que el personal esté siempre abierto al cambio digital? 

Una vez que se haya superado este desafío, las estructuras y los procesos existentes deben adaptarse de acuerdo con la visión. En la mayoría de los casos, esto significa dar más importancia a las capacidades y roles que a los puestos y funciones. Solo entonces los equipos autoorganizados pueden trabajar juntos en jerarquías planas. Estos no son pasos fáciles. 

Sin duda, las organizaciones encuentran desafíos relacionados con la tecnología en el camino... 

Britt Bürgy: De hecho, los mayores desafíos rara vez se relacionan con las tecnologías en sí mismas. Capacitar al personal de una manera que les permita y deseen mantenerse al día con los avances tecnológicos es mucho más difícil. Una plataforma de adopción digital como la suite de rendimiento de tts desempeña un papel importante en esto. Por un lado, ayuda a los usuarios con sus preguntas sobre nuevas aplicaciones y lo hace directamente en el lugar de trabajo. Por otro lado, fomenta la comprensión de los nuevos procesos. La plataforma brinda al personal un alto nivel de certeza en su trabajo diario y garantiza que estén abiertos a los cambios, un requisito previo fundamental para el cambio cultural necesario. 

Has enfatizado varias veces lo importante que es un cambio de cultura. ¿Crees que muchas organizaciones aún subestiman cuán crítica es una cultura digital para el éxito de su transformación digital? 

Britt Bürgy: Hace algunos años, mi respuesta a esta pregunta habría sido un sí definitivo. Sin embargo, después de numerosos y costosos fracasos, la mayoría de las organizaciones ahora se han dado cuenta de que la tecnología en sí misma es solo una parte de la solución. En última instancia, es la cultura digital de una organización la que determina si y cómo se utilizan de manera eficiente las nuevas tecnologías. Lo que supuestamente es un factor suave crea hechos concretos, en forma de desventajas competitivas que representan una amenaza existencial para una organización. 

¿Dónde debería recaer la responsabilidad de la destreza digital dentro de una organización? 

Britt Bürgy: Las organizaciones más pequeñas pueden designar a una persona responsable de la destreza digital. Esta persona puede identificar la situación actual, definir y analizar los indicadores clave de rendimiento y, en diálogo con la alta dirección y la gestión de recursos humanos, derivar medidas adecuadas y supervisar su éxito. 

¿Y qué sucede con las organizaciones más grandes? 

Britt Bürgy: En las organizaciones más grandes y las corporaciones, corresponde a quienes ocupan cargos directivos en primera instancia. Deben establecer firmemente la destreza digital como un objetivo estratégico dentro de la organización y poner los recursos necesarios a disposición. 

Cuando se trata de la implementación real, TI y recursos humanos deben trabajar juntos de la manera más estrecha posible. Mientras que TI garantiza el buen funcionamiento de las tecnologías y los procesos digitales, recursos humanos promueve las habilidades digitales de los empleados. Es vital que todo sea fluido. Si los ejecutivos, TI y recursos humanos trabajan por separado, no se logrará ningún progreso. 

Parece que la destreza digital no es solo una moda, sino un factor competitivo genuino. ¿Estás de acuerdo? 

Britt Bürgy: Sí, absolutamente. Después de todo, la destreza digital es un factor crítico de éxito. Varios estudios han demostrado que las organizaciones hábiles digitalmente utilizan de manera sistemática y rentable las nuevas tecnologías. Por ejemplo, toman decisiones mediante el análisis de datos y preparan cotizaciones innovadoras para clientes sobre esa base. También pueden adaptarse rápidamente a los requisitos en constante cambio de un mundo lleno de volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad. Esto les permite mantenerse por delante. Disfrutan de un mayor éxito comercial y un mayor nivel de satisfacción de los empleados que sus competidores.