El aprendizaje móvil: siete mitos desmontados
Mito 1: Todo lo que hay que hacer es dividir los grandes bloques de aprendizaje en pequeñas porciones
En principio puede parecer una solución adecuada y sencilla. Coger extensas unidades de formación, dividirlas en piezas más pequeñas y obtener así multitud de "bocados de aprendizaje" para consumir entre otros productos. Todos ellos perfectamente integrados en el trabajo diario de los empleados y ofreciendo una experiencia de usuario “fascinante” simplemente porque se puede acceder a ellos desde cualquier lugar sin dejar de lado lo que se está haciendo. La panacea universal.
Sin embargo, lo único correcto de este primer mito es que, cuando se trata de aprendizaje móvil, las unidades de formación cortas suelen ser mejores que las más grandes. Eso se debe sobre todo al menor tamaño de pantalla de un smartphone, ya que acortar las unidades de formación no mejora automáticamente la experiencia del usuario. Por poner un ejemplo, dividir las películas de "El Señor de los Anillos" en fragmentos de cinco minutos no mejoraría la experiencia de visionado ni para el espectador "profano" ni para los fans acérrimos.
Una buena experiencia de usuario es el resultado de la combinación adecuada entre formato y contenido. Los formatos de micro aprendizaje son perfectos para los smartphones, pero sólo si también son relevantes para el trabajo diario de los alumnos. Por eso es esencial comprobar si el contenido y la dinámica de los materiales de formación son apropiados para ser divididos en piezas más pequeñas. Y en caso de duda, siempre hay que tener presente el principio de que la relevancia está por encima del volumen. Seguir siempre el concepto de "tanto como sea necesario y tan poco como sea posible". Esto creará una buena base para una perfecta experiencia de usuario.
Mito 2: El aprendizaje móvil hace que los programas de formación sean más atractivos para los nativos digitales
Este mito también tiene una pizca de verdad, pero no nos engañemos: cuanto más se analiza, más pequeña e insignificante parece. Para empezar, los nativos digitales están acostumbrados a contenidos de alta calidad con grandes presupuestos detrás. A su lado, los contenidos formativos pueden parecer poca cosa. Si a esto le añadimos unas estructuras informáticas obsoletas que no están preparadas y que imposibilitan el trabajo fluido con dispositivos móviles, el aprendizaje móvil pierde rápidamente atractivo para los nativos digitales.
En la mayoría de los casos, no son las iniciativas de aprendizaje móvil en sí las que conforman la experiencia del usuario, sino el marco en el que se llevan a cabo. Es decir, la forma en que se integran en el trabajo diario. Hay que olvidarse de la idea de que el contenido por sí mismo puede ser una solución. En su lugar, hay que tener siempre en cuenta el contexto general. Conseguir que todas las partes interesadas participen desde el principio, pero sobre todo el departamento de TI, y mantener el foco en el recorrido del usuario. Esto implica hacerse ciertas preguntas: ¿qué tipo de asistencia personalizada necesita mi plantilla? ¿Qué tipo de contenido puede ser relevante? ¿Qué elementos de dicho contenido son adecuados para el aprendizaje móvil? Una vez que se hayan encontrado las respuestas y se hayan cumplido todos los requisitos técnicos para el uso móvil, entonces, incluso las iniciativas de aprendizaje móvil más pequeñas pueden convertirse en algo grande.
Mito 3: El aprendizaje móvil facilita el acceso a contenidos relevantes
El aprendizaje móvil significa que puedo acceder a los contenidos en cualquier momento y desde cualquier lugar tocando una pantalla. Teóricamente, eso facilita el acceso a la formación, al menos en un mundo ideal; pero la realidad, a menudo, suele ser muy distinta. Acceder rápidamente a los contenidos puede ser un problema, simplemente porque casi nadie sabe dónde encontrarlos. ¿Qué aplicación debo utilizar? ¿Qué sitio web debo visitar? E incluso si lo encuentro, ¿cómo sé que es exactamente la información que necesito?
Una de las ventajas del aprendizaje móvil bien diseñado es que presenta los contenidos relevantes precisamente donde se necesitan. Esto significa que la motivación para aprender no se queda en el camino debido a las búsquedas infructuosas. "Dos clics y diez segundos" es la regla general y por eso no basta con construir una interfaz móvil final para un sistema de gestión del aprendizaje que compartimente de manera precisa el contenido. De hecho, ofrecer aprendizaje móvil significa dedicar mucho tiempo y energía a simplificar el acceso.
El objetivo sería conseguir que los alumnos no buscasen la información, sino que esta los encontrase a ellos. Se puede trabajar hacia este objetivo final paso a paso, por ejemplo, adaptando el aprendizaje móvil a escenarios de uso práctico. Para ello, es preciso hablar con los grupos objetivo por adelantado para entender sus necesidades en el lugar de trabajo y poder convertirlas en ofertas a medida.
Mito 4: El aprendizaje móvil es igual que el eLearning
Cuando se oye la frase "aprendizaje móvil", la mayoría de la gente piensa automáticamente en alguien que completa unidades interactivas de eLearning en su smartphone. En determinadas circunstancias, esta puede ser una forma útil de aprender, pero no es la única opción. Otros formatos alternativos, como los vídeos, los podcasts y las soluciones diseñadas para repasar brevemente los contenidos aprendidos con anterioridad, son igualmente adecuados, o incluso mejores. Es decir, hay más de un tipo de aprendizaje móvil. Por lo tanto, el "aprendizaje móvil" significa tener tanto los medios técnicos como la oportunidad de utilizar y aplicar la información pertinente en cualquier lugar, en cualquier momento, de forma independiente y de acuerdo a las necesidades.
Esto no quiere decir que se deje de lado el eLearning clásico y formal en formato móvil, que sigue siendo una buena opción, siempre y cuando se utilice con un objetivo claro. Sin embargo, hay que tener en cuenta el modelo clásico de aprendizaje "70:20:10", que representa un desglose proporcional de la forma en que adquirimos habilidades y conocimientos, en la que el aprendizaje formal solo representa alrededor del 10 por ciento.
La cuestión más importante es cómo apoyar el 90% restante: la adquisición de conocimientos y habilidades a través del aprendizaje informal. Aquí es donde realmente el aprendizaje móvil puede sacar partido a sus puntos fuertes, por lo que resulta útil considerarlo como algo más que una forma de consumir contenidos de aprendizaje formal. De hecho, consigue resultados mucho mejores cuando se utiliza para apoyar el "aprendizaje en el flujo de trabajo", la colaboración y la creación colectiva de nuevos conocimientos en el flujo de trabajo. Por lo tanto, los responsables de proporcionar aprendizaje móvil no deberían posicionarse como meros proveedores de contenidos, sino como aliados para establecer enfoques modernos en torno al aprendizaje en el lugar de trabajo. El resultado será un valor añadido para todos los implicados.
Mito 5: El aprendizaje móvil ofrece una forma de llegar por fin a los trabajadores fuera del ámbito de las TI
Para los trabajadores que no suelen tener acceso a un ordenador, el aprendizaje móvil podría permitirles por fin acceder a la formación en cualquier momento. Desafortunadamente, en la mayoría de las ocasiones esto no suele ser así, ya que no disponen de un dispositivo corporativo para su formación. La idea de que el personal utilice sus propios dispositivos privados y que descarguen permisos para la formación -en la línea del BYOD, o "traiga su propio dispositivo"- es poco realista.
Pero existe un obstáculo mucho más desafiante que este (que probablemente se supere en un futuro próximo), lo difícil es que el concepto global de aprendizaje es completamente diferente para los empleados del ámbito de las TI con respecto al de los trabajadores TI. Los primeros suelen necesitar una ayuda muy específica para resolver un problema agudo en el flujo de trabajo, lo que hace que la idea de aprender por adelantado -incluso de forma móvil- sea menos importante.
La clave para desarrollar servicios de apoyo móviles adecuados es tener en cuenta la situación laboral específica de los trabajadores no TI. Por lo tanto, lo mejor es hablar con los representantes de este grupo objetivo y conocer sus “pain & gain” específicos. Para ello es importante conocer las dificultades y los retos diarios a los que se enfrentan los trabajadores en los talleres o puntos de venta, por ejemplo. Es más, deberían ser involucrados activamente en el desarrollo de iniciativas móviles, para que los problemas en las áreas de mayor valor de la empresa puedan resolverse de forma gradual y paso a paso.
Mito 6: El aprendizaje móvil lleva el aprendizaje a todos los lugares de trabajo
Estrictamente hablando, el personal que trabaja con un PC no necesita el aprendizaje móvil, a menos que se les quiera ofrecer una variación en los formatos de formación para aumentar su motivación. Por lo demás, los usuarios pueden aprender en su equipo en la oficina o en casa, sin ningún tipo de aprendizaje móvil.
¿Y qué pasa con los demás, los que no tienen un escritorio en su lugar de trabajo? En realidad, hay muchos escenarios en los que el aprendizaje móvil podría aportar beneficios reales y tangibles (véase el Mito 4). Sin embargo, los escenarios de uso móvil implican requisitos muy específicos en términos de contenido. Mientras que las ofertas de formación clásicas funcionan principalmente con un enfoque descendente, ofrecer acceso móvil en un entorno de trabajo conlleva el proporcionar un contenido que se adapte con precisión a las circunstancias pertinentes. En un escenario móvil, el personal no busca oportunidades de desarrollo personal. Por el contrario, buscan una solución precisa a un problema concreto en su actividad actual: necesitan un “performance support” que les proporcione la información y los conocimientos técnicos que necesitan urgentemente en el lugar donde están trabajando.
¿Qué ocurre cuando hay una mezcla de puestos de trabajo con y sin PC? En ese caso, es necesario comprobar con mucho cuidado si el aprendizaje móvil es realmente la solución adecuada y también dónde. Si finalmente se decide que es la adecuada, por una serie de circunstancias y se pone en marcha, hay que asegurarse de medir y analizar la aceptación, para poder optimizar la oferta en función de la demanda.
Mito 7: Los empleados también aprenden de camino a casa o en el sofá
Esto podría ser cierto en algunos casos, pero no nos engañemos: después de un duro día de trabajo, muy pocas personas tienen ganas de estudiar; y si lo hacen, es bajo sus condiciones y sobre algo que realmente les interesa. Plataformas como YouTube desempeñan aquí un papel más importante que los contenidos de aprendizaje semiprofesionales que pueda ofrecer la empresa. Cuando se trata de aprendizaje móvil, es muy importante tener el control de lo que se aprende y cuándo.
Por supuesto, pequeñas piezas adicionales de aprendizaje móvil como un podcast o un vídeo breve de motivación sobre el lanzamiento de nuevos procesos o procedimientos pueden ser bienvenidos como fuente de información. Pero si se pretende que los empleados utilicen las ofertas de formación, hay que darles tiempo suficiente para que las completen mientras están en el trabajo y también permitirles el acceso a servicios de pago como Udemy y LinkedIn Learning.
Conclusión: El aprendizaje móvil es algo más que un simple "nice-to-have"
Si queremos que la oferta de aprendizaje móvil se aproveche en el día a día, es preciso analizar lo que la plantilla espera de ella y el marco en el que se desarrolla la oferta. El aprendizaje móvil contemporáneo no sólo se ajusta con precisión al escenario de trabajo específico en cuestión, sino que también sirve como fuente de información. Si se consigue esto y además se logra involucrar a los empleados a la hora de impartirlo, se habrá hecho algo muy especial: no sólo se habrá asegurado de que los contenidos se orienten a las necesidades reales, sino que también se habrá conseguido que se tengan en cuenta la gran variedad de situaciones de trabajo de la empresa. Esto es lo que puede hacer que el aprendizaje móvil pase de ser un “nice to have” a ser una herramienta integral para cualquier escenario del trabajo diario.